* Amar sin depender. Saber amar sin dependencias nocivas es una buena manera de convivir saludablemente. Muchas veces el amor tiende a ser tan posesivo que convierte la relación de familia o de pareja en un círculo cerrado donde se gestan dolores y traumas. El amor que da y no depende de recibir, si se da con generosidad por ambas partes, es la mejor base para hacer crecer una buena convivencia.
* No invadir el espacio vital. Cada ser humano necesita su espacio vital, su lugar íntimo donde ser él mismo, edificarse a través de la reflexión y construir su propia identidad. No invadir ese espacio vital es una de los secretos para una buena y saludable convivencia.
* Fomentar relaciones basadas en la amistad. No podemos hacer amigos en todos los lugares, pero sí que podemos construir una buena convivencia fomentando actitudes de amistad. Relacionarse sin generar sensaciones de amistad, no es convivir. La convivencia necesita de una cierta amistad, una actitud de complicidad.
* Vivir la experiencia familiar como base de aprendizaje de la convivencia. La familia es la unidad básica de la vida social o comunitaria. Sin ella no existiría sociedad. Es por ello que aprender a vivir en familia es saber convivir en sociedad. La mayoría de nuestras actitudes de convivencia se aprenden en el núcleo familiar, con lo que una cuidada formación en la niñez es la mejor manera de crear adultos sociables y tolerantes con las opiniones de los demás.
* Escuchar y ser comprensivos con los problemas y particularidades de los demás. Dos elementos básicos para una buena relación es saber escuchar y saber comprender. A veces se escucha, pero no se comprende; aunque muchas veces ni se escucha. Aprender a escuchar y dedicar un mínimo tiempo a entender las necesidades de los demás, ayudará a generar el espacio de la comprensión y la buena convivencia.
* Participar en las decisiones del grupo, respetando la opinión de los demás. La convivencia saludable participa, es activa, aporta ideas respetando las de los compañeros. Es una participación basada en el respeto mutuo.
* Respetar los derechos de los demás y rechazar discriminaciones. El respeto incluye la defensa de los derechos comunes, así como el rechazo de cualquier discriminación. Una buena convivencia es activa en los elementos básicos de los derechos humanos.
* Cumplir con nuestros deberes en comunidad. Cada uno de nosotros tenemos unos deberes y obligaciones cuando estamos en grupo. Si no los cumplimos puntualmente y prudentemente, la convivencia se hará bastante más difícil.
* Aprender a comunicarse. El medio básico de la auto afirmación es el diálogo. La convivencia social requiere aprender a dialogar. A través del diálogo es cuando aprendemos a expresarnos, a comprendernos, aclararnos, coincidir, discrepar y comprometernos.
* Interactuar. Convivir es interactuar; es decir, acercarse al otro, siguiendo las reglas del saludo y la cortesía. Interactuar también es saber estar en grupo, dando paso a la conversación, dando la tanda o el turno para que todos participen, desde nuestra peculiaridad.
* Yo gano-tú ganas. Muchas veces la convivencia se hace realmente imposible porque gestionamos mal los intereses comunes। Habitualmente pensamos en ‘gano yo-pierdes tú’, y, con esta manera de pensar, la convivencia se vuelve enferma. Preferimos pasar por encima de alguien con la finalidad de ser nosotros los ganadores, cuando, en realidad, si pensáramos en el binomio ‘yo gano-tú ganas’, las cosas irían mejor. La convivencia mejora exponencialmente cuando todos ganamos. Y para ganar todos, muchas veces cada uno del grupo ha de perder algo. Es preferible disfrutar de la ganancia común a los egocentrismos individuales.
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